La labradorita es una piedra fina con múltiples reflejos que van desde los verdes agua hasta los azules turquesa. Su color gris y metalizado así como la multitud de reflejos que aparecen en su superficie le confieren un aspecto mágico y cautivador. Descubierta en Canadá, en la región del Labrador, que da nombre, fue considerada por las tribus inuit como una piedra legendaria que dio origen a la aurora boreal. Sus yacimientos se encuentran repartidos por los cuatro rincones del mundo y es objeto de deseo para ser montado en las más bellas joyas. Considerada “la piedra protectora” por excelencia, se dice que su uso protege contra las energías negativas. También nos permite incrementar las leyes de atracción y abrir nuestras energías hacia los demás. Una piedra de armonía y equilibrio, nos encanta mezclarla con Cornalina roja. La cornalina calienta el gris de la labradorita sobre la piel con un efecto ultra chic y sofisticado. No dudes en jugar a este dúo ganador acumulando pulseras o anillos...

En la Antigüedad, principalmente entre los egipcios, la Amatista era símbolo de abundancia y suerte. Esta piedra se utilizaba durante las sequías para hacer caer la lluvia. Hoy en día, la Amatista es conocida por sus virtudes calmantes y alegres. Esta piedra libera pensamientos negativos, ahuyenta el estrés y deja espacio para la relajación. También es beneficioso para aliviar los dolores musculares.