El ágata blanca, miembro de la familia de las calcedonias, es, como su nombre indica, una piedra natural de color blanco lechoso, a veces con pequeñas estrías que hacen que cada piedra sea única.
Su fascinante blancura nos invita a sumergirnos en una sensación de pureza muy especial. En la antigüedad, esta piedra se utilizaba como talismán con propiedades calmantes y equilibrantes. Incluso hoy en día, se dice que tiene el poder de reequilibrar los chakras, aportando paz interior y armonía.
Equilibrando energías, aportando valor y paz, en ZAG Bijoux nos encanta el ágata blanca en grandes cabujones sobre anillos o brazaletes, o simplemente en pulseras de perlas. Nuestra diseñadora considera esta piedra imprescindible en todas nuestras colecciones de verano. Un must-have para las pieles bronceadas.

Con su profundo color violeta, la amatista reina en el mundo de la joyería. Utilizada por primera vez por etruscos y egipcios como piedra decorativa para adornar objetos o frescos murales, no fue hasta el siglo XVIII cuando se consideró una piedra preciosa y se empleó para los más bellos ornamentos. Muy pronto se convirtió en la piedra preferida del alto clero, ya que la leyenda le atribuye las virtudes de la sobriedad y el autocontrol.

La piedra toma su nombre de Amethystos, una ninfa a la que Dioniso se empeñó en seducir. La diosa Artemisa quiso proteger a la ninfa de las insinuaciones de Dioniso y la convirtió en un cristal de roca. Se dice que Dioniso se enfureció cuando derramó su copa de vino sobre el cristal de roca, que adquirió un intenso color violeta. La piedra amatista se convirtió así en símbolo de sobriedad, pero también de concentración intelectual. Si nos gusta en violeta intenso, su color puede variar y volverse en un lila claro. La amatista permite a quien la lleva fomentar la creatividad y despertar el espíritu innovador que yace latente en uno.

Entre el azur y el azul ultramar, el lapislázuli es la piedra azul por excelencia. Confundido durante mucho tiempo con los zafiros, el lapislázuli se convirtió en la piedra elegida para los frescos egipcios y las joyas más refinadas. Molido en polvo precioso en la Edad Media, el lapislázuli era el pigmento más codiciado para iluminar los libros sagrados.

Se le atribuyen muchas virtudes, como promover la comprensión de uno mismo y de los demás, y facilitar la comunicación, aportando sabiduría y serenidad a quienes le rodean. En ZAG, el lapislázuli es soberano. Nos encanta la profundidad de su color, salpicado de destellos dorados en algunas piedras, y pensamos que combina maravillosamente con el ojo de tigre y muchas otras piedras. Recomendamos llevar Lapislázuli alrededor del cuello en todo momento, ya que antiguas leyendas afirman que es beneficioso para la garganta, los dolores de cabeza y las alergias.

La formación del nácar sigue siendo un misterio. Cubre mariscos y crustáceos y brilla con reflejos a la vez blancos intensos y sutilmente multicolores. La palabra nácar procede del árabe «naqqarah». Los habitantes del Golfo Pérsico pescaban tradicionalmente ostras perlíferas, que encerraban en sus entrañas las más bellas perlas blancas. Estas perlas se vendían a príncipes y notables ricos, y el nácar que cubría la superficie interior de las ostras u otros mariscos se utilizaba para decorar preciosas incrustaciones o fabricar delicadas joyas. Molido en polvo, cura las heridas y acelera la cicatrización.

La delicadeza de sus reflejos permite a nuestro diseñador crear joyas llenas de delicadeza. El nácar está muy presente en nuestras colecciones y combina a la perfección con el resto de piedras y circonitas brillantes. Una joya de nácar es un regalo refinado para expresar su amor, perfecto para celebrar San Valentín.

El ónice negro es una piedra llena de misterios que, en la antigüedad, se utilizaba en marquetería del mismo modo que el lapislázuli y la malaquita. Perteneciente a la familia de las calcedonias, la palabra ónice procede del griego y significa uña. Se dice que Cupido cortó las uñas de su madre, la diosa Afrodita, mientras dormía, y que éstas se convirtieron en piedras negras. Los yacimientos de ónice se encuentran en América Latina, India y Madagascar.
En la India, el ónice se considera la piedra que protege contra las energías malignas. Se dice que el ónice proporciona apoyo en los momentos difíciles y refuerza la autoestima. Es la piedra de la estabilidad y el equilibrio. Muy apreciado durante el Renacimiento, el ónice se grababa del mismo modo que los camafeos y se convirtió en el material preferido para los sellos reales.

Negro profundo, el ónice es una piedra muy importante en todas nuestras colecciones. Aunque se utilizan muchas perlas de ónice en la creación de nuestras joyas para hombre, nos encanta mezclar el ónice negro con circonitas brillantes, creando una preciosa complementariedad de negro y brillante con un espíritu muy joyero.

La turquesa africana es una variedad de jaspe cuyo azul está salpicado de vetas marrones o negras. Se extrae de las minas de Sudáfrica y es fácil de tallar para crear hermosos adornos.
A menudo confundida con la Turquesa, cuyo nombre lleva en parte, la turquesa africana es famosa por sus propiedades calmantes. Es la piedra del positivismo y el equilibrio. Permite a quienes la llevan realinear sus energías y abrir el chakra del corazón.

Nuestra diseñadora lleva muchos años utilizando la turquesa africana como una de las piedras preferidas en sus colecciones.
En anillos en grandes cabujones o en hileras de piedras, la turquesa africana combina con la mayoría de las demás piedras finas de nuestras colecciones y puede llevarse con la misma elegancia en verano que en invierno. También está muy presente en nuestras colecciones de joyería masculina.

La cornaline est une pierre naturelle dons les tons varient du rouge sang aux orangés plus doux virant presque vers un rose-pèche. Son nom vient du latin corneus qui signifie corné référence à l’arbre corneus dont les feuilles et le bois sont rouges. On la retrouve en Egypte incrustée dans des sarcophages précieux car on lui attribuait la vertu d’accompagner les morts vers l’au-delà. Les légendes sont diverses et on dit que Mahommet célèbre prophète, portait une bague de Cornaline.

Nous l’adorons chez Zag car la diversité de ses couleurs permettent de la mélanger avec la calcédoine irisée, l’onyx noir ou encore l’œil de tigre. Il est parfait de porter de la cornaline en Octobre, lorsque les feuilles automnales se teintent de rouge et que nous célèbrerons bientôt Halloween… On dit que la cornaline favorise la pensée positive et éloigne les doutes c’est aussi pour cette raison que nous conseillons de la porter maintenant à l’approche de l’hiver pour qu’elle nous aide à affronter des températures moins clémentes. Nous conseillons de ne pas hésiter à porter les gros cabochons de cornaline montés sur des bagues ou des dormeuses afin de voir la profondeur de son rouge.

Variant sur des palettes de couleurs chaudes allant des oranges aux bruns, la pierre de soleil brille sous l’astre dont elle porte le nom de petits reflets pailletés. De la famille des Quartz cette pierre porte aussi le nom d’Héliotite venant du grec Hélios, le dieu du soleil. Au fil du temps on la retrouve comme talisman de tous les peuples polythéistes. Ainsi les peuples nordiques pensaient que cette pierre donnait accès au Valhalla, le paradis des grands guerriers Vikings.

Les vertus que l’on attribue à la pierre de soleil sont multiples, on dit qu’elle est tonifiante et purifiante, qu’elle apporte sérénité intérieure et le courage de se lancer dans des projets ambitieux. Michelle, notre créatrice, adore la pierre de soleil pour sa couleur délicate et ses tons tirant vers les bruns clairs et les « nudes ». Chez Zag, les pierres de soleil sont souvent les attributs de boucles d’oreilles et sont taillées en forme de pampilles joyeuses et brillantes. Elles se mélangent avec toutes les autres pierres de nos collections mais notre créatrice la marie souvent avec des Cornalines.