Las conexiones espirituales siempre han sido valores importantes para la marca Zag. La diseñadora encuentra su inspiración en la mezcla de culturas que se encuentran entre continentes. La joya es un adorno que desde el principio de los tiempos, en las fronteras de las tribus más remotas, ha servido de protección. Las piedras, con virtudes esotéricas, son las actrices extravagantes de esta inspiración. Montados libremente ensartando perlas o engastados con baño de oro, pueden instalarse en anillos, pulseras o collares y aportar toques de color a la piel. Las joyas se convierten así en talismanes protectores que se superponen según nuestros deseos. El pequeño ojo protector grabado en metal hace juego con los escarabajos o las pequeñas cruces... Invitación a viajes hacia los más diversos ritos donde lo profano y lo sagrado concuerdan en armonía.